SPRINGSTEEN - Gira en 2013

Entonces... ¿Cómo exactamente acabó un ebrio Bruce Springsteen colgando de la ventanilla del pasajero de un Chevi Malibu descapotable de 4 puertas de Jim Kletner, en dirección norte hacia Cleveland por la Interestatal 77, cantando con todas sus fuerzas a coro con una grabación pirata en vivo de su propio tema Spirit in the Night? La historia es un poco larga, pero merece la pena el esfuerzo. Nunca ha sido contada en su integridad antes, sobre todo porque los colegas que Bruce tiene por aquí son muy protectores con su imagen.

La verdad es que los amigos del Noreste de Ohio de esta leyenda del rock son algo más que protectores. Son el equivalente musical de los Dowg Pound: ferozmente leales, absurdamente comprometidos, completamente agradecidos con su talento y camaredería. Incluso aunque él no haya estado mucho por aquí ultimamente.

Esta aventura ocurrida hace largo tiempo es tan extraña para el carácter de Springsteen -no fuma, ni siquiera toca las drogas y raramente bebe en exceso- que sus colegas siguen sintiéndose incómodos cuando hablan de ello incluso 21 años después.

Pero comencemos esta historia desde el principio. Realmente comienza hace un cuarto de siglo, en Akron.
Jim kluter, un tipo de Cleveland, tenía entonces 25 años y conducía una furgoneta de reparto de Pepsi, tiene problemas con su novia. Entonces llama a Pat Erdman, colega suyo desde cuarto grado y le suelta sus penas. En un esfuerzo por levantar el espíritu de Kluter, Erdman lo invita a su apartamento de la Calle Dogde. Hablan de mujeres, del trabajo, de esperanzas y sueños y todas esas cosas de las que hablan los colegas cuando tienen 25 años. Entonces, cuando erdman se marcha a trabajar, le dice a Kluter que se acerque al tocadiscos y ponga un disco que acaba de comprarse, The Wild, The Innocent and the E Street Shuffle, de un tipo llamado Bruce Springsteen.
Kluter queda inmediatamente prendado, durante 2 dias escucha el disco casi constantemente. Se siente como si Springsteen le estuviese hablando a él directamente.
En 1976 Kluter está tan obsesionado con Springsteen que decide que tiene que conocerlo. Casi en el fin de semana del 4 de julio del año del bicentenario, él y 2 colegas de Cleveland, Joey Juhasz y Bill Sprat, viajan a los antiguos dominios de Springsteen, Asbury Park, New Jersey, intentando dar con él.

Kluter, que ahora tiene 50 años y está sentado en su casita de Brecksville, se rie con ganas de la audacia juvenil. Tened en cuenta que Springsteen ya había sido portada del Time y del News Week, y había sido objeto de una de las mas famosas frases en la historia de la crítica musical -"he visto el futuro del Rock and Roll y su nombre es Bruce Springsteen"- y estos tipos sólo eran unos conductores de camionetas de Ohio.
Pero el trio vuela hacia Newark, alquilan un coche y se plantan a la entrada del Stone Pony, una guarida de Springsteen en el paseo marítimo de la movida ciudad costera de Jersey.
Tal y como se esperaba, la tarde siguiente, "El Jefe" aparece por allí para unirse a una jam con la banda local Southside Johny and The Asbury Jukes. Los tipos no son capaces de quedar con su héroe esa noche, pero se enteran de que jugará en un partido de softball entre celebridades al dia siguiente en un instituto local.
Cuando Kluter llega al instituto, se da una vuelta, ve a Springsteen jugar de catcher y va directo a por él.
"Le dije: ¡Hey Bruce, te quiero! y le dí un abrazo".
Springsteen se ríe, les pregunta de donde son y conversa un poco. Entonces los intrusos se retiran a la grada opara ver el partido.
Pero el equipo de Bruce no tiene jugadores suficientes, así que Springsteen pregunta a los tipos de Cleveland si quieren jugar. Si saben de qué va.

Dias de Gloria.
"Esos tipos no eran muy buenos jugadores de Softball", dice Kluter de Springsteen y los miembros de su banda, "y yo ya había jugado antes, así que hice como 3 carreras y una doble eliminación. Recuerdo hacer una carrera después de batear y Bruce en la línea dándome una palmada y diciéndome: tio, eres absolutamete increible". Yo le contesté ¿soy increible? ¡Tú eres increible!. Desde entonces nos llama los Chicos de Cleveland.
Los fans de Springsteen reconocerán la referencia. Durante años Bruce ha dedicado canciones a los Chicos de Cleveland en sus shows a lo largo del país. Durante un concierto retransmitido por la radio a toda la nación desde el Antiguo Agora en 1978, incluso les plantó el micrófono durante Jungleland y les dejó terminar una estrofa. Tan recientemente como 1992, les dedicó Growin´Up durante una actuación en el Colisseum. El más grande fine de semana de Rock que ha habido nunca en el Noreste de Ohio -la apertura del Salón de la Fama del Rock and Roll, en 1995- el batería Max Weinberg aprovecho unos momentos con la prensa nacional para hacer una alabanza espontánea de los chicos de Ohio.

Pero volvamos a 1976.
Después del partido de softball, Springsteen invita a los chicos a volver a jersey el fin de semana siguiente para jugar otro partido. En ese nuevo viaje se les une otro repartidor de Pepsi, Johny Kusznier, que se convertirá en el cuarto Chico de Cleveland (irónicamente Erdman, el amigo de Akron que lo enpezó todo, no pudo ir).
Cuando llegan Springsteen les pregunta donde están alojados. Ellos le dicen que no han encontrado habitación, así que el ídolo les invita a pasar la noche en su casa alquilada.

El lugar encaja con una superestrella. Una gran casa blanca, con una piscina en la parte de atrás y un Corvette negro en la entrada. Pero no hay virtualmente ningún mueble, y la única habitación enmoquetada es el estudio de música. Hacia la media noche, Springsteen los lleva al estudio, les da almohadas y mantas y les deja retozar junto a sus guitarras y canciones a medio terminar. "No nos conoce de nada" dice Kluter sacudiendo su cabeza en asombro.
Desde esos primeros encuentros los Chicos de Cleveland han visto unos 100 shows de Springsteen. Pasaron un mes entero a finales de los 70 en su autobúa de gira durante una pasada por la Costa Oeste. Para cuando Springsteen rockeó en el Richfield Colisseum en agosto de 1978, el y los chicos eran íntimos. Y después de un demoledor concierto de verano, se lo llevaron a una fiesta privada.
Habla kluter: "Estamos enfrente del Colisseum y él está a punto de subirse al autobús para volver a Swimgos (un antiguo hotel de Cleveland) y yo le digo: "¿por qué no te bajas y vienes a tomar unas cervezas con nosotros?". Se nos queda nirando y dice: "de acuerdo". Estoy conduciendo yo y me salgo de la carretera y golpeo un árbol. Sólo un pequeño rasguño, nadie se hirió".
Los colegas que van en otro coche los empujan otra vez dentro de la carretera, y se dirijen al Royal Knight, un lugar para beber cerveza que ya no existe junto a la Carretera Estatal en Parma.
El bar era un lugar habitual de juerga para los Chicos, y encaja con los deseos de Bruce de evitar los sitios concurridos. Unas 8 personas formaban el grupo en el momento en que entraron en el bar y se sentaron al final de la barra.
"No había nadie" -dice Kuter-. "El pidió Pabst y unos chupitos de Peppermint". Así que se toma unos cuantos. Y luego un par más.

Se empiezan a hacer llamadas de teléfono y en menos de una hora el bar está lleno.

EN LA CARRETERA.
Springsteen había esperado un ambiente más tranquilo, pero se dejó llevar por la situación -llegados a un punto incluso aceptó dejar un autógrafo estampado en la pared del servicio de mujeres-. Después de 3 horas de diversión era hora de volver al hotel, así que Bruce se metió en el Malibu Negro junto con Kluter, Juhasz mientras Kluter ponía una cinta en la radio.
Debido a que el propio Springsteen había autorizado a los Chicos de Cleveland conectar su propio equipo de grabación al equipo de sonido de Springsteen, se habían ido haciendo con una impresionante lista de grabaciones de shows que nunca han sido publicadas. Incluso ni el mismísimo Springsteen había llegado a oir esta. Spirit In The Night estaba sonando, señala Kluter. Bruce le dice: "¡Jim, esto suena bien!". Estamos circulando por la 77 y yo llevo a Springsteen con el cuerpo fuera de mi coche cantando Spirit In The Night, los versos que hablan de Greasy Lake.

Pero no todo el mundo se estaba divirtiendo. Para cuando los juerguistas llegaron al hotel, a la 1:30 de la madrugada, "Miami" Steve Van Zadt se percató inmediatamente de que Bruce estaba un tanto pasado de vueltas. Así que se llevó a Kluter a un lugar a parte y pasó a "leerle sus derechos", Le dice, "deja que te cuente algo" recuerda Kluter, "sin él yo no tengo trabajo. El es de lo que vivo. Sin Bruce Springsteen no hay E street Band, Jim". Yo le dije "entiendo tus razones Steve, lo siento".

¿Cómo sabemos que todo esto es cierto? Si tenéis alguna duda es porque no habéis visto a Springsteen saliendo del Thomas Hall de la Universidad de Akron después de su concierto en solitario de 1996, cuando nada más localizar a Kluter le dio un abrazo tan grande como el de un oso. Quienes presenciaron la escena se quedaron petrificados, incluidos los guardias de seguridad que habían expulsado a kluter cuando se introdujo en el backstage. ¿Quién podría ser este tipo de aspecto corriente que pensaban que no era más que otro fan loco?.
Solo un tipo como tantos otros, atractivo, trabajador y amante del buen trato, como todos los otros Chicos de Cleveland. Un tipo que tiene que trabajar duro para salir adelante. Un tipo que siente que, de vez en cuando, pierde su coraje, pero que sabe que el sol siempre vuelve a lucir otra vez, antes o después. En otras palabras, un tipo como muchos de los que aparecen en las canciones de Springsteen.

Un miembro de la cuadrilla, Spratt, se fué a vivir al sur hace mucho tiempo y se ha desvanecido de la pantalla del radar.
Esto es lo último que sabemos de los otros 3:

-Kluter tiene ahora 50 años, lleva el pelo engomado hacia atrás y una conducta ejemplar. Dejó su trabajo en Pepsi después de 5 años y desde 1982 es socio de una empresa de limpieza y mantenimiento llamada York Building Maintenance, en Cleveland

-Juhasz, de 48 años, alto, con gafas de pelo oscuro y bigote ha pasado los últimos 17 años trabajando de cartero. Vive en Strongville con la que es su esposa desde hace muchos años, Mary, que también les acompañó en muchas de sus correrías junto a Springsteen y está no oficialmente bautizada como la Chica de Cleveland.

-Kusznier, 51 años, agudos ojos azules, cabeza afeitada y una perilla que comienza a teñirse de gris continua trabajando en Pepsi en Twinsburg y viviendo en Parma. Y no ha crecido ni una pulgada, sigue siendo el Little Man, como lo bautizó en su dia el Big Man Clarence Clemons, saxofonista de Springsteen.

IMAGENES REFLEJADAS:
Hoy, la relación entre los Chicos de Cleveland es muy similar a la mantenida por Springsteen y sus compañeros de banda. Después de un largo paréntesis se han vuelto a encontrar con gusto.
En el caso de Springsteen, después de 10 años de carrera en solitario o acompañado por anónimos músicos de sesiónm, ha organizado una gran gira mundial al lado de su vieja banda, una gira que se espera que pase por Cleveland a finales de este otoño. De acuerdo con Entertainment Weekly, al gira, que comenzará en Europa en abril para acercarse a los Estados Unidos hacia el mes de Julio, es la que más entradas está vendiendo ahora mismo en cualquier género musical. La revista dice también que los asistentes tienen garantizado salir de los conciertos con una "imborrable sensación".

En cuanto a los Chicos de Cleveland, después de 15 años se han vuelto a reunir este mes. La separación no fuen producto de ningún tipo de mal rollo. Simplemente se han ido alejando. Con esposas e hijos las prioridades han ido cambiando.
Su reunión una soleada tarde de verano en casa de kluter tambiém merece ser contada. Una intensa sensación de camaradería se hizo evidente sólo instantes después de que todos estuviesen juntos. La conversación estuvo continuamente rodeada por el sonido de las sonrisas. La habitación vibraba.

Eso no significa que las cosas no hayan cambiado. Los Chicos de Cleveland están haciendo esta noche un viaje en el tiempo a un cuarto de siglo atrás. 2 de sus 3 lugares de estudio ya no existen (El Instituto Lincoln, donde acudía Kusznier, y el instituto West, donde iba Kuzsnier, en Cleveland). Cuando miran las viejas fotos ven a unos chavales que son, literalmente, una vida más jóvenes que ellos. Sujetan unas viejas camisetas y se asombran al pensar que hubo un tiempo en que cabían en ellas. Los recuerdos de antiguos conciertos han comenzado a mezclarse unos con otros. Sus vidas, como las de Springsteen, están a un mundo de distancia del lugar en el que se encontraban allá por los 70. Pero eso no significa que determinados sentimientis no pervivan.
Springsteen recuerda esta misma cuestión en su canción Blood Brothers, escrita durante su etapa en solitario, y probablemente con los chicos de la E Street Band en mente. Es una mirada a profundas amistades que han sobrevivido al tiempo y a la vida:
"Permanecimos uno junto al otro
Luchando cada uno por el otro
Dijimos que hasta que muriésemos
Siempre seriamos hermanos de sangre.
Ahora la dureza del mundo
Lentamente desvanece tus sueños
Convirtiendo en un chiste estúpido
Todas aquellas promesas que hicimos.
Y lo que una vez parecía blanco o negro
Se vuelve en muchos tonos grises
Nos consumimos a nosotros mismos con ese trabajo que hacer
Y con impuestos que pagar.
Y tienes que cabalgar, cabalgar, cabalgar
Y añun no has hecho mucho camino
Sin nadie a tu lado
Mi hermano de sangre.

Bruce y los chicos siguen manteniendo los lazos, como demuestra el abrazo en Akron después del concierto. Pero mantener la conexión se hace cada vez más difícil. De la misma manera en que a medida que aumentaban la fama y la fortuna de Bruce más aumentaban ciertas distancias entre él y sus fans. "Hay tantas barreras que traspasar ahora mismo que tengo que reconocer que gran parte de los recados y mensajes no le llegan", dice Kluter. "Hay momentos en los que se hace tan duro que todo llega a importarme un pimiento".

Hay otras cosas que cambian también. Cuando Juhasz volvió de visita al paseo marítimo de Asbury Park el año pasado "el lugar parecía Sarajevo", dice. Y el chico de Jersey conocido como Springsteen pasa la mayor parte del año en Los Angeles.

ESCEPTICISMO CRECIENTE.
Hoy, con Springsteen como un icono oficial del Salón de la fama del Rock and Roll y los Chicos de Cleveland con su vida normal, incluso ellos lo pasan mal al recordar lo cercana que fue un dia su relación. Tan cercana que hubo un tiempo en que el jefe tenía su número de teléfono y hacía llamadas de vez en cuando sólo para charlar un rato. Tan cercana como para enviar unas invitaciones para primera fila en cualquier concierto en cualquier parte en todo el continente. Tan cercana que el El Jefe incluso llegó a aparecer en la fiesta de cumpleaños que Juhasz solía organizar en el Restaurante Family Trio en la calle West 130 de Cleveland. Tan cercana que una noche, Springsteen y la E Street Band al completo se acercaron hasta una fiesta en casa de Juhasz, aparcando su gigantesco au´tobús de gira en frente del pequeño bungalou de tres habitaciones en que vivía Juhasz.
Mientras la figura de Springsteen se iba convirtiendo paulatinamente en algo más grande que la vida misma -culminando en el auténtico fenómeno de masas y medios en que se convirtió la ghira de Born in The USA de 1985- estas historias empezaban a sonar más y más como un bulo a los nuevos aficionados.
"La verdad es que no me importa contarle a nadie estas historias", dice Kluter, "me crea o no me crea la gente".
Creedlas. Deberiais ver las viejas fotos de Kluter llevando en los hombros a Springsteen, fotos tomadas en la época en la que Springsteen saltaba del escenario para mezclarse con la masa en medio de un concierto. En el Colisseum llegó hasta la 15ª fila en hombros de Juhasz para regresar hasta el escenario en los de Kluter.
El acto parecía absolutamente espontáneo, pero como en el mejor teatro, todo estaba realmente preparado.

Springsteen deja poco al azar. "Es todo un profesional" dice Kluter. "Alguna gente hace pruebas de sonido de 5 minutos. El hace pruebas de sonido de más de una hora. Incluso se acerca a los asientos más alejados para comprobar que, al menos con el recinto vacio, el sonido es decente".

La atmósfera en el backstage era igualmente obsesivamente profesional. Ninguna sustancia que altere el estado mental. Nada de groupies. Durante los descansos en sus maratones de 3 horas y media, cuando Los Chicos se acercaban al backstage para charlar un rato y comer la comida del Boss, sólo veían a un trabajador exhausto haciendo ejercicios de recuperación intensiva. "Entraba allí y se quitaba toda la ropa, se ponía un bañador, y se metía en una tinaja llena de agua fria con hielo", dice Kluter. "Se ponía pingando y luego se secaba, se ponía unos vaqueros limpios, otra camiseta y tocaba 2 hosras más.

Springsteen suele sentirse incómodo con ciertas costumbres de los famosos. Normalmente prefiere alquilar un coche a llevar las limousinas que suelen proveerle los promotores. Kuzsnier rememora una anécdota ocurrida una noche en New York cuando la compañía de discos envió una limusina para llevar a la estrella de vuelta a casa y El Jefe se la envió sin ningún reparo a los Chicos de Cleveland.

"Ese estado mental es lo que hace que su música sea tan efectiva" dice Kluter. "Habla para el hombre común. Se dirije a mí. Estoy seguro de que se refiere a tí también. Me ha sacado de algunos atascos mentales. Escucho su música y la vida me parece simple otra vez. haces lo que tienes que hacer y al final nada resulta tan complicado. Al menos no resulta peor de lo que realmente es. haces todo lo que puedes. Basicamente el mensaje es, "tio, si puedes volver a mirarte en el espejo, todo va bien".