Ya de vuelta, me encantó Verona y sus gentes. Dimos por casualdad con la Taberna Via Stella, en una calle al lado de la casa de Romeo y Julieta, espectacular la pasta.
En Milán cuando terminas de ver la ciudad, que no lleva mucho tiempo, está bien la zona del Naviglio, bien conectada con metro, con buenos locales de tarde-noche tanto para comer como para tomar. Eso sí, conviene ir con el bolsillo bien lleno.