Ricoamor. Un clásico en peligro de extinción
Mediado el mes de junio de 2007, un sonriente Alberto Fabra, recién elegido alcalde de la capital de La Plana, declaró ante Dios y ante la historia, tras recoger el bastón de mando: “Voy a poner a Castelló en el mapa español y europeo”. No lo hará, desde luego, en el mapa cultural y musical. No será, ni en broma, con el apoyo de su consistorio a los dos eventos de música popular de más prestigio. A la ridícula, “simbólica” en palabras de sus organizadores, aportación al presupuesto de un Tanned Tin que clama en el desierto un mayor compromiso para continuar en la ciudad, se une ahora la retirada, en el último momento, de la subvención acordada de antemano con el ciclo Ricoamor, un ciclo que se ve abocado, salvo encontrar un nuevo apoyo institucional, a la desaparición tras el primer trimestre de 2009.
Recapitulemos. En 1992, Alejandro Domínguez, el Goma, inaugura la sala Ricoamor que funciona hasta 2006, fundiendo generaciones de castellonenses en torno al amor por la música en vivo. Tras el cierre de la legendaria sala y, en parte, por el revuelo social que provoca, desde Castelló Cultural se impulsa la iniciativa, a la que se une el Ayuntamiento, de crear un ciclo de actuaciones con una filosofía similar en la sala de cámara del Auditori. La subvención anual asciende a 60.000 euros, la mitad proporcionada por Castelló Cultural, y la otra por la Concejalía de Juventud. Con el Goma, piel curtida tras más de 500 conciertos organizados, al frente de la programación, el ciclo se estrena en enero de 2007 y se caracteriza por lo que se tiene que caracterizar: criterio, calidad y coherencia. De este modo, ni el nivel de los participantes, ni la asistencia de público, notable, se esgrime como argumento en contra. El Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Juventud, se escuda en los recortes presupuestarios, sin elecciones a la vista, para anular un soporte económico que había sido pactado verbalmente con anterioridad. Ya se sabe, la crisis que todo lo excusa, hasta la gestión incompetente.
Así, con el primer trimestre contratado, al ciclo le salva de momento la comprensión de Castelló Cultural, entidad dependiente de la Conselleria de Cultura de la Comunitat Valenciana, mediante la intervención de su director ejecutivo, Vicent Farnós, que decide junto a Juan José Porcar, director del Auditori, aglutinar el aporte anual en los meses iniciales de 2009. De esta manera, se mantienen las actuaciones de enero -los australianos City Lights-, febrero –The Rubinoos desde California- y marzo –los londinenses The Buzzcocks acompañados por los norteamericanos The Cute Lepers-; y permanece en el alambre la prevista para abril, la de los estadounidenses Southern Culture on the Skids.
Tras ello, el precipicio. No deja de ser curioso que sea una institución autonómica la que valore y apueste por la cultura en Castelló, mientras los entes locales y provinciales miran hacia otra parte. Y no deja de ser curioso que ni en los más de siete millones de euros de presupuesto de Cultura, ni en los 914.000 euros de Juventud, quede un rinconcito para garantizar la supervivencia del espíritu Ricoamor, de los conciertos de más arraigo en la ciudad, de los pocos que verdaderamente sitúan a Castelló en algún mapa digno de ser explorado.
Enrique Ballester. Levante de Castelló.
Y esto acaba de empezar, también han dejado colgado al Sons, y lo del Tanned Tin pinta muy mal. Castellón retrocede al pasado.
Índice 
